La hija del fotógrafo.

Sebastián, nacido en 1941, es un adolescente reflexivo y observador que descubre, con solo 10 años, el poder de las palabras. Desde entonces se esfuerza en aprender a usarlas adecuadamente con un solo objetivo: compensar su escasa valentía y fuerza física. Para ello, las colecciona en carpetas etiquetadas por sabores, sentimientos, colores, etcétera, logrando conseguir el respeto de sus compañeros del instituto.

No tendré músculos, pero tengo palabras, reflexiona tras su éxito.

Amelia, cuya madre muere pocos días después del parto, es la hija de Florencio, un fotógrafo hecho prisionero durante la Segunda Guerra Mundial. Repatriado a España, tras once años de cautiverio, recupera a su hija y ambos se trasladan a Jarana, el pueblo de Sebastián.

Una entrañable historia de amor, amistad e intriga, que atrapará al lector desde el primer capítulo.